Como docente la evaluación resulta un elemento muy común y útil en mi trabajo, es un momento esencial en el proceso de enseñanza y aprendizaje, participo activamente en el proceso de evaluación de los alumnos, de los materiales, de la participación de los papás, del sistema, entre otros; genero, aplico y reviso los instrumentos para evaluar, doy cuenta de los resultados y a partir de ellos tomo decisiones para la mejora.
Pareciera que la evaluación es algo tan cercano a mi y tan natural que hablar de ella no debería generar ningún sentimiento adverso. Sin embargo y sin lugar a dudas, ahora vivo un momento distinto, la evaluación ahora está aplicada a mi, una evaluación de mi desempeño, una evaluación que llaman formativa porque va más de un examen y donde los alumnos no son un elemento central para evaluarme. Puedo decir que no me asusta pero si me preocupa por la forma en que se ha venido gestando el proceso ¿A qué me refiero? Ha sido difícil de entender y asimilar primero porque la información sobre la evaluación no ha sido fluida ni abierta, se ha filtrado de manera un poco en secreto, al menos, en mi caso la pude entender al buscar espacios formales y acercarme a evaluadores para conocerla de una mejor manera. Segundo porque esta forma poco clara de darla a conocer ha generado un estado de estrés permanente entre los docentes pues la información que fluye indica que esta evaluación más que ser formativa pone en riesgo mi trabajo.
A pesar de lo anterior he asumido una actitud positiva ante ello, un evaluador me comentó, "El pensar positivo, puede llevar a generar ideas positivas" preocuparme no me lleva a nada, ocuparme me lleva a ver lo bueno de esto para mi, ¿qué he descubierto? Que al realizar el ejercicio de revisión de mi práctica mediante el texto de análisis descubrí mis áreas de oportunidad, mis fortalezas, reconocer que lo que hago ha tenido frutos y que puedo ser mejor. Sólo espero que sea la misma visión de las autoridades, espero que para ellos también la evaluación sea considerada como una herramienta para tomar decisiones en torno a las necesidades de formación de los docentes y no una manera fácil de justificar el despido de muchos.
Lo que es cierto es que este proceso me llevará a modificar muchas cosas en mi vida docente, a reforzar y consolidar mis fortalezas y a aprender de lo que no me sale del todo bien...
Lo que es cierto es que este proceso me llevará a modificar muchas cosas en mi vida docente, a reforzar y consolidar mis fortalezas y a aprender de lo que no me sale del todo bien...
"El conocimiento sin transformación no es sabiduría" Brida
Sí maestra, es un gran reto enfrentarnos a la evaluación, por todo lo que se dice, no sabemos, en fin confiemos en que con nuestro esfuerzo y preparación de cada día daremos respuesta a los que se espera de nosotros; educación de calidad. Y como dice es mejor ocuparnos que preocuparnos, el hecho de estar tomando este curso en línea es una prueba de que nos estamos ocupando en nuestra formación y actualización. Adelante!!!
ResponderEliminarBuenas noches maestra en efecto así es la parte de la evaluación. Muchos docentes no tememos a la evaluación, al menos yo la comparto. Pero la forma en la que nos la están aplicando es incorrecta. No tenemos derecho a replica y eso esta mal, solo nos darán una respuesta de idóneo o No idóneo y es todo. Por le contrario existen mucho rezago tecnológico en las escuelas y ni se diga en las partes alejadas de las ciudades donde no se cuenta con internet. y mucho menos con computadoras o tabletas para que los alumnos aprendan. Sin embargo asumimos el reto de la evaluación, de la preparación que con esto conlleva, y como usted menciona ver el lado positivo de las cosas, Felicidades por su blog y estuvo bien desarrollado acorde a las instrucciones que nos dieron y a las actividades que nos solicitaron.
ResponderEliminarMuchas gracias por sus comentarios maestro Ruperto. Saludos
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